La procesionaria del pino es una mariposa nocturna de color grisáceo de la familia Thaumetopoeidae. Comúnmente la reconocemos en el campo por sus larvas. Son unas orugas recubiertas de pelos urticantes de color blanco y anaranjado, que avanzan unidas unas a otras en hilera, recordando a los procesionarios en Semana Santa.
En los últimos meses del año las larvas forman un bolsón sedoso, donde viven de forma gregaria, resguardándose de los fríos del invierno. Se alimentan de las acículas de las distintas especies de pino, principalmente Pinus halepensis en nuestra zona. En el último tramo de su desarrollo larvario poseen una gran capacidad defoliadora , dejando al árbol debilitado y con un aspecto esquelético.
Cuando las condiciones son favorables, abandonan el bolsón y encabezada por la hembra, se dirigen en procesión hasta el suelo, dónde se entierran para formar la crisálida.
No solo es una de las plagas más importantes en los pinares mediterráneos, además es un problema de salud pública en parques y montes periurbanos, produce fuertes urticarias a personas y animales domésticos.
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